Oscar García

En esta era digital, con músicos noveles que graban canciones sueltas y las lanzan al mar de algoritmos que son las playlists de Spotify, sorprende todavía la persistencia de muchos artistas al apostar por el viejo formato de longplay o álbum de . Esa terquedad romántica nos ha regalado este 2022 grandes discos que se aprecian con la complicidad de antes, con esa sensación de asombro y sorpresa que no decae entre canción y canción, la marca de los buenos álbumes. En esa línea, ninguna obra fue más apasionante que “Motomami”, el tercer disco de la catalana , fiel representante de esta época en que la complejidad de timbres y texturas parece importar más que la elaboración armónica. Esa es la clave para entrar a un disco sin duda polémico, en el que su diseño sonoro estalla como una granada de notas deformadas que llega a destacar mucho más que la estructura minimalista de sus canciones.

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La apuesta de Rosalía, que venía de brillar en el flamenco hibrido, por el nuevo pop moderno (es decir, la música urbana) fue una batalla rabiosamente personal y la hizo en sus términos, con gran independencia, al punto que pocas radios le han hecho caso, pues nada aquí suena convencional o mediano como un reggaeton al uso. En una línea similar, no se puede dejar de mencionar el notable trabajo que hizo Bad Bunny con “Un verano sin ti”, que comparte con el de Rosalía la pretensión de ser una suerte de reimaginación del catálogo latino (en su caso, con notas de mambo, bossa nova, dembow) desde una perspectiva autobiográfica. Es un disco doble de 23 canciones que pasan volando.

El 2022 fue un año de grandes discos en inglés como el de los estadounidenses Beach House, con un disco doble de estatura cósmica como “Once Twice Melody”. Que hayamos tenido la suerte de verlos tocarlo en vivo en nuestro país es algo que apenas se puede creer. De otro lado, Kendrick Lamar sumó otro cinco estrellas a su impecable trayectoria con “Mr Morale and The Big Steppers”, que nos trajo al rapero de Compton en su actitud más seria y auto crítica. En el mismo año en que la carrera de Kanye West se desintegró al abrazar el nazismo, hay que reconocer el trabajo que hizo como productor de Pusha T en “It´s Almost Dry”, el otro gran disco de hip hop del año. Otros grandes discos que acompañaron este año: “Laurel Hell” (Mitski), “Labyrinthitis” (Destroyer), “Wet Leg” (Wet Leg), “Caprisongs” (FKA Twig), “Harry´s House” (Harry Styles), “SOS” (Sza), “Midnights” (Taylor Swift), “Dawn FM” (The Weeknd). A nivel local, lo hecho por Santa Madero, con “Ya tengo nostalgia por conversaciones que tuve ayer” y La Zorra Zapata y su “Acantilados”, brillaron entre lo mejor del 2022. junto con otras notables entregas de Vilchez Huamán (Baila o Muere), Los Hermanos Ballumbrosio (Homenaje al Carmen), Santa García (El mundo es fabuloso), La Negra Valencia (Gas y Lux), Grita Lobos! (Ainbo), Catervas (Laberinto), entre otros que alegraron el año

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