Oscar García

Por esos arrebatos locos del amor, un joven Luis Enrique Oré encontró su vocación a los 17 años en una encrucijada de esas que son “todo o nada” para un chico templado: quedarse en casa viendo pasar la vida o seguir a la chica que lo había cautivado. Ella era una talentosa artista en un circo de barrio. Y los circos, como se sabe, son nómadas por naturaleza. El precio que tuvo que pagar para estar cerca de ella fue dejarlo todo y abrazar la vida itinerante de una carpa. Así fue como se hizo payaso.

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