Rogger Fernández

Si Julio Meléndez Calderón alguna se vez se atrevió a hacer una pared con el poste para salir jugando con la elegancia y seguridad de quien desfila por una pasarela de moda, Luis Advíncula ya es uno de los contadísimos futbolistas en 119 años de Boca Juniors que se atreve a hacer paredes con su historia. Y ojitos con el hincha. El peruano que jugó veinte minutos lesionado para ayudar a vencer a Colo Colo en la Libertadores, el mismo que anotó un golazo en la final continental para soñar con la remontada frente a Fluminense; el que nunca la tuvo fácil desde que pisó el aeropuerto de Ezeiza en julio de 2021, pero que se lo ha ganado todo -en especial el cariño de la ‘12′- en base a su esfuerzo; acaba de firmar su estadía hasta diciembre de 2026. Y de paso, reafirmar ese proceso al que solo tienen acceso un reducido número de futbolistas: el progresivo ascenso al estatus de ídolo.