Piero Quispe (21 años) y Joao Grimaldo (20) son figuras de Universitario y Sporting Cristal, respectivamente. (Foto: Composición)
Piero Quispe (21 años) y Joao Grimaldo (20) son figuras de Universitario y Sporting Cristal, respectivamente. (Foto: Composición)
Pedro Ortiz Bisso

Hace más de 20 años un novel delantero, cuyo nombre guardaremos en reserva, había empezado a destacar en un popular equipo del Descentralizado. Uno de los jóvenes periodistas de la vieja redacción de DT, entusiasmado por el rendimiento de esta prometedora figura, le sugirió al editor hacerle una entrevista para la contracarátula del suplemento, espacio reservado para las figuras. La recomendación dio paso a un pequeño debate. En ese momento, irrumpió en la oficina Óscar Zamalloa, una de las plumas más respetadas del periodismo deportivo de la época, quien intervino en la conversación: “¿A quién quieren entrevistar?”

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Luego de darle el nombre, ensayó una sonrisa mezcla de incredulidad y sabiduría, y sin mediar escalas lanzó una de sus acostumbradas frases lapidarias: “Que se lo gane”.

Semanas atrás, Joao Grimaldo era odiado por los hinchas de Sporting Cristal por las inmejorables ocasiones que erró ante River, cuando los celestes plantaron cara al equipo de Demichelis en el vibrante 1-1 del Nacional. Le pasó lo mismo que a Piero Quispe, a quien los simpatizantes de la U no terminan de retenerlo en sus corazones por las intermitencias que acompañan su rendimiento. Eso sí, de haber culminado en gol la apilada maradoniana que enhebró en el último clásico, los pedidos para canonizarlo ya habrían hecho colapsar la sala de correos de la oficina papal en el Vaticano.

La inminencia de las eliminatorias y el pobre rendimiento que muestran indiscutibles como Christian Cueva provocan que el público centre sus esperanzas en estos dos talentosos muchachones, a pesar de que, como dirían nuestras abuelitas, pareciera faltarles un hervor para que se terminen de cocer.

Óscar Hamada, reconocido formador de futbolistas, cree que el extremo rimense está un paso por encima del volante crema porque le encanta pisar el área y buscar el gol: “Quispe tiene enganche, impronta, pero si su labor se circunscribe a recoger la pelota y pasarla, y carece de pase entre líneas, no funciona”.

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Para Víctor Záferson, periodista y scouting, ambos veinteañeros aún están verdes. “Son intermitentes, deberían rematar más al arco, sumar asistencias, soltar más rápido el balón. Los vi bien en la Copa, influyeron en el juego, pero no fueron regulares. Igual, con lo que producen les alcanza para la Liga 1″, señala.

Según Transfermarkt, Grimaldo suma 87 partidos en primera, 9 goles y 12 asistencias. Quispe acumula 75 encuentros, 10 goles y 7 asistencias. Con esos números, difícilmente un club grande de afuera se interesará en ellos. Y su cotización tampoco reventará el mercado. Záferson cree que podrían recalar en ligas de segundo orden como Portugal, Países Bajos, Suiza o la segunda española. Pensar en otras sería utópico.

Piero y Joao, junto con Bryan Reyna, son la vanguardia de un grupo de jóvenes que no han podido cumplir adecuadamente su proceso de formación a causa de los problemas estructurales de nuestro fútbol. Pese a ello, pronto tendrán que ponerse la rojiblanca y tratar de disimular sus falencias. Solo queda apoyarlos y apostar por su crecimiento.

Volviendo al jugador de la historia inicial: finalmente lo entrevistamos. Nunca llegó a ser crack.


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