fue especialmente simbólico: la cruz la llevaron una enfermera rusa y una religiosa ucraniana. “A algunas personas seguro no les va a gustar, pues quisieran que la Iglesia como tal tome partido por Rusia o por Ucrania. Pero esa no es la razón de ser de la Iglesia. La razón de ser de la Iglesia es pedir la paz para los pueblos”, dice el padre franciscano Giampiero Gambaro, filósofo, teólogo y vicerrector de la Universidad Católica Sedes Sapientiae.

La entrevista fue hecha antes del viacrucis de Semana Santa, y el padre Gambaro no se equivocó: han surgido voces a favor y en contra de la decisión del Vaticano. Una decisión que, en palabras de nuestro entrevistado, buscó ser un llamado a la paz. ¿Será que el mundo no está preparado para escucharlo?

­‑—¿Qué papel puede asumir el Vaticano en un conflicto internacional como el de Rusia - Ucrania?

Pues un papel de carácter eminentemente moral, no es de carácter político en el sentido estricto del término. Existe un concepto al que antes se acudía mucho, que es el de la . Pero después de la Guerra Fría se han establecido filtros muy estrictos para calificar a una guerra como justa. Tras la caída del Muro, y ahora mismo, legitimar una guerra es algo bastante complicado. Los criterios morales para entender lo que pasa hoy entre Ucrania y Rusia son más exigentes. Las religiones y los movimientos sociales tienen una tarea importante hoy; por eso para mí es un escándalo cuando los patriarcas de algunas iglesias hacen ceremonias y celebraciones donde bendicen las armas o los batallones.

Palabras del Santo Padre
“La guerra es un ultraje”

El papa Francisco ha dicho en más de una oportunidad que la guerra en Ucrania, como todas las demás, “representan un ultraje a Dios, una traición blasfema al Señor”. Y, durante la misa del sábado, envió un mensaje a la comunidad ucraniana ante la presencia en la misa de Ivan Fedorov, alcalde de Melitopol, Ucrania. “Todos rezamos, con ustedes y por ustedes esta noche. Rezamos por los muchos sufrimientos. Sólo podemos darles nuestra compañía, nuestra oración y decirles: ‘¡Ánimo! ¡Los acompañamos!’”, dijo. 

­‑—Algunos medios internacionales señalaron que el Papa podría viajar a Ucrania. Sospecho que por cuestiones de seguridad esto no será posible. Entonces, ¿cuál podría ser el aporte real y concreto que puede tener el Papa en el conflicto Rusa - Ucrania?

Creo que buscar formas para lograr la paz justa. Pasar de la doctrina de la guerra justa que ambas partes están postulando, y que están pidiendo que la comunidad internacional reconozca, a la de la paz justa. El Papa y la Iglesia no buscan que gane alguien, sino que se instaure la paz. Como líder de alcance internacional va a poner su imagen y autoridad para llamar a la paz. El Papa no va a tomar las armas, pero sí va a llamar a los cristianos de todo el mundo para que se movilicen y den ayuda humanitaria, y de hecho lo están haciendo. La guerra es sencillamente un pecado contra el quinto mandamiento. Desde hace unos cien años, desde los tiempos del Papa Benedicto XV, durante la I Guerra Mundial, la postura de la iglesia ha sido pedir que caigan las armas. Este llamado a la paz, la primera vez que se hizo, le causó grandes problemas al Papa. La Iglesia se preocupa por los pueblos, por las personas, por los más débiles.

El Papa Francisco preside la procesión del Vía Crucis (Camino de la Cruz) durante las celebraciones del Viernes Santo, en el Coliseo, en Roma, Italia.
El Papa Francisco preside la procesión del Vía Crucis (Camino de la Cruz) durante las celebraciones del Viernes Santo, en el Coliseo, en Roma, Italia.
/ Vatican Media/­Handout via REUTERS

­‑—Se me vino a la cabeza la película Escarlata y Negro, donde Gregory Peck interpreta a un sacerdote que escondía judíos en El Vaticano, durante el papado de Pío XII...

Me alegra que menciones al Papa Pío XII, porque mucha gente cree que él tuvo una actitud pasiva ante el conflicto. Hay gente que no conoce esta historia: había un fraile francés de mi congregación, franciscano capuchino, el padre Marie-Benoît, que era un biblista. Pío XII lo llamó una calurosa noche de junio para pedirle que imprima falsos documentos para que judíos que estaban escondidos puedan salir de Roma hacia España y América Latina para salvar su vida. Marie-Benoît tenía arte para hacer estas cosas y ayudó a salvar a cientos de personas. Además, Pio XII pidió a las congregaciones religiosas en toda Europa acoger a judíos. El Papa hoy ha hecho el mismo llamado, hay muchas comunidades que están acogiendo o financiando la acogida de refugiados. El Papa tiene varias posibilidades, dentro y fuera de la Iglesia, para cumplir su tarea espiritual.

‑— ¿A qué invita la iglesia, entonces, en este Domingo de Resurrección?

En primer lugar, considero que es posible que tengamos una idea de la resurrección relacionada con la inmortalidad, y esto no es precisamente correcto. Aquí, en la tierra, vivimos cruz y resurrección. Por eso me parece que la relación con nuestro Dios es una cosa seria, pues compartimos con él tanto la cruz como la resurrección. Como humanidad, como planeta vivimos una época complicada. El pasaje de la cruz a la resurrección que vivimos tiene que estar marcado por la esperanza, construirla y trabajar por ella, pues esta palabra es la que identifica al pueblo de Dios en la Biblia frente a los demás pueblos. La tarea de la iglesia de los cristianos es importantísima, como mensaje de esperanza de un tiempo que avanza y se transforma, y pide de nosotros, los cristianos, un compromiso personal desde la libertad de cada uno para que se haga la voluntad de Dios Padre.

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