Janice Seinfeld

“Se espera que en los próximos meses se instaure un episodio de , que ejerce un efecto de . Sumado al cambio climático causado por las actividades humanas, elevará las temperaturas mundiales hasta límites desconocidos”, advirtió la semana pasada el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas. “Esto tendrá repercusiones de gran alcance para la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medioambiente. Tenemos que estar preparados”, anunció el máximo responsable de este organismo de las Naciones Unidas que agrupa a los principales servicios meteorológicos del planeta.

Desde que empezaron los registros en el siglo XIX, el 2016 ha sido el año más cálido: la temperatura global alcanzó 1,1 °C por encima de la media registrada en la era preindustrial. “Hay un 98% de probabilidades de que, en al menos uno de los próximos cinco años, se supere el récord de temperatura alcanzado en el 2016, cuando se produjo un episodio de El Niño excepcionalmente intenso”, advierte ahora la OMM.

La anterior es una de las conclusiones del informe “Global Annual to Decadal Climate Update” (“Boletín sobre el clima mundial anual a decenal”), que todos los años elabora la OMM junto al Servicio Meteorológico del Reino Unido (Met Office). También participan las agencias meteorológicas de España, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Italia, China y Alemania. Emplean modelos informáticos para analizar la evolución de las temperaturas durante un lustro (esta vez fue el del 2023 al 2027). Para ello, los especialistas tienen en cuenta tanto el efecto del calentamiento global generado por el hombre, como las variaciones naturales del sistema climático. Y en cada edición las previsiones empeoran y se pronostican temperaturas más altas.

Como explica la OMM, cuando se habla de cambio climático se toma como punto de referencia la media de la temperatura de la superficie global entre 1850 y 1900, es decir, antes de la explosión industrial que nos llevó usar combustibles fósiles a gran escala. El petróleo, el gas natural y el carbón son responsables de alrededor del 80% de los gases de efecto invernadero que emite el ser humano y que acaban en la atmósfera sobrecalentando el planeta. El año pasado, la temperatura media global superó en aproximadamente 1,15 °C el promedio de ese período preindustrial.

En el 2015, 196 países firmaron el Acuerdo de París, un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante que entró en vigor el 4 de noviembre del año siguiente. Su objetivo es limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2 °C, preferiblemente a 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales. El reciente informe de la OMM advierte que hay “un 66% de probabilidades de que la temperatura media mundial anual en superficie supere transitoriamente en más de 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos uno de los próximos cinco años”. Esto no significa que rebasaremos de forma permanente el nivel de 1,5 °C previsto en el , porque este alude al calentamiento a largo plazo durante muchos años. Significa que lo superaremos “de forma transitoria y cada vez con más frecuencia”, como precisó Taalas en la conferencia de prensa tras el lanzamiento del informe.

Para ponerlo en perspectiva, basta ver que, como explica el diario español “El País”, “hace solo tres años, cuando se presentó el boletín del 2020, la probabilidad de que se superase puntualmente la barrera de los 1,5 °C era de un 24%. Ahora es ya del 66%. Y si se retrocede un poco más, al 2015 (cuando se firmó el Acuerdo de París), la probabilidad de superar ese límite era casi nula”.

Cada año, la Tierra bate récords de temperatura. De hecho, los últimos ocho años son los ocho años más cálidos jamás registrados desde que tenemos mediciones. Al aumento medio de las temperaturas, se le suman el calentamiento del mar, la concentración de gases de efecto invernadero, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de masa de los glaciares, sequías e inseguridad alimentaria. Mientras tanto, el mundo parece estar en negación frente a su propia autodestrucción.

Leí sobre el lanzamiento de este informe hace unos días y no veo que le estemos dando la importancia debida, como colocar el tema en la agenda pública y darle el sentido de urgencia que merece, con políticas mucho más ambiciosas. “Necesitamos una acción climática acelerada con recortes de emisiones más profundos y rápidos para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C”, pedía el jueves António Guterres, secretario general de la ONU.

¿Cómo implementar efectivamente la transformación económica y social que el Acuerdo de París demanda para enfrentar el mayor desafío que tenemos los humanos hoy? El escenario actual es mucho más crítico que el del 2015. No podemos seguir aplicando la misma receta.

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Janice Seinfeld es fundadora y presidenta del Directorio de Videnza Consultores