Diego Zorrilla

La búsqueda de soluciones para mitigar la contaminación ambiental, mejorar la eficiencia energética y, al mismo tiempo, impulsar el crecimiento económico es un desafío global. En este contexto, la se presenta como una opción prometedora, ofreciendo una respuesta integral a estas problemáticas.

La adopción de esta estrategia tiene el potencial de disminuir significativamente la contaminación atmosférica, focalizándose en la reducción de las emisiones de CO2 provenientes del sector transporte, que contribuyen con un 10,25% al total de gases de efecto invernadero. Adicionalmente, potencia el desarrollo económico mediante la disminución de la importación de petróleo y diésel, aliviando la dependencia externa que se evidencia en la marcada diferencia entre la producción nacional (40.000 barriles diarios) y la demanda (250.000 barriles diarios).

Nuestro país, gracias a sus recursos y capacidad energética, está en una posición estratégica para adoptar la electromovilidad y avanzar hacia un futuro más sustentable, con amplias oportunidades de negocio y empleo. La infraestructura energética del país, con un 53% de su energía derivada de centrales hidroeléctricas, subraya la viabilidad de esta transición hacia fuentes renovables y económicas. La geografía peruana, beneficiada por ríos andinos que generan energía sin grandes infraestructuras, es un activo adicional.

La implementación de la electromovilidad requiere el desarrollo de una nueva cadena de valor, desde la fabricación de hasta la creación de infraestructuras de carga, abriendo un abanico de oportunidades para la innovación y el emprendimiento. Empresas como EVINKA, MODASA y Resemin lideran este cambio hacia una movilidad más sostenible.

En el panorama latinoamericano, países como Colombia y Chile destacan por su adopción de la electromovilidad, con flotas que superan los dos mil autobuses eléctricos en Santiago, evidenciando el creciente interés y compromiso regional con este modelo de transporte.

No obstante, la transición hacia la electromovilidad en el Perú enfrenta desafíos, incluida la necesidad de incentivos fiscales para la importación de vehículos eléctricos y el desarrollo de una infraestructura de carga accesible y estandarizada a nivel nacional.

En conclusión, el camino hacia una movilidad más sostenible representa un paso significativo hacia un futuro más verde y económicamente viable para nuestro país.

Diego Zorrilla es estudiante de Ingeniería Industrial y Comercial en la ESAN