Gabriela Soler

En un rincón del vasto campo de la salud, florece una carrera nueva que a menudo escapa de la mirada común: la Terapia de Audición, Voz y Lenguaje (TAVL).

En nuestro país, es común que los jóvenes se sumerjan en carreras convencionales, sin percatarse de la oportunidad que yace tras cada elección de estudio: la capacidad de cambiar vidas de manera significativa. A pesar de la tendencia de los jóvenes hacia carreras conocidas, surge una pregunta intrigante: ¿Qué hace un tecnólogo médico en TAVL?

Un terapista TAVL es un profesional formado durante cinco años para evaluar, diagnosticar, habilitar y rehabilitar las alteraciones de los órganos relacionados con la comunicación y funciones orales como la succión o la deglución.

Según el Colegio de Tecnólogos Médicos del Perú (CTMP), se han colegiado 470 terapeutas TAVL, eso quiere decir que hay 14 por cada millón de habitantes. No es suficiente; por eso, es hora de despertar el interés hacia esta labor.

Mi propia travesía durante el internado que se realiza en el quinto año empezó en el hospital Cayetano Heredia. En ese período, viví el impacto directo que podemos tener los profesionales de esta área en las vidas de aquellos que necesitan apoyo; así como también experimenté la satisfacción de ver los avances y la preocupación por armar un buen tratamiento para la mejora de los pacientes.

Invito a los jóvenes a considerar la TAVL como una senda de servicio a la comunidad. Seamos los catalizadores del cambio, elevemos el perfil de una disciplina que no solo trabaja para mejorar la pronunciación, sino que construye sueños con sus pacientes hasta hacerlos realidad. Pensemos en esos niños que no logran comunicar lo que quieren, en esos adultos que no pueden alimentarse, en esos jóvenes cuya voz cambió por un evento inesperado o en aquellos que no pueden cantar o simplemente escuchar los sonidos de su día a día.

Gabriela Soler es estudiante de terapia de audición, voz y lenguaje en la UPCH