Al suroeste de la ciudad, un espléndido refugio se esconde tras la fachada amarilla de una casa que podría ser como cualquier otra. Poco te prepara para cruzar la puerta de Renata Canepa, también la sala, y encontrarte con un jardín de película. Es grande, pero no enorme. Hay mucho verde, mucha agua en cascada, y vaya que muchas macetas. En algunas logran verse las primeras orquídeas de la gran colección que viene cuidando desde hace 17 años. La mayoría, no obstante, se cobija en un segundo piso levantado en parte del lugar. Todas suman más de 700.

Contenido Sugerido

Contenido GEC